Last Updated on 3 años by Eduardo Barahona
Reiterando:
Que la Región Centroamericana culmina una década de acumulación de crisis, exacerbadas por un modelo de desarrollo y gestión pública que nos es capaz de propiciar condiciones que nos conduzcan a concretar las aspiraciones de desarrollo sostenible, por el contrario, nos conduce a enfrentar un Escenario de Crisis Compleja Regional (ECCR).
Que la gravedad de la crisis climática y las consecuencias catastróficas de una temporada ciclónica sin precedentes en Centroamérica, una de las Regiones del mundo más susceptibles a los fenómenos climáticos, es un efecto directo de los procesos de desarrollo basados en la extracción de bienes naturales de forma desmedida. La pandemia por COVID-19, es tan solo el ejemplo más reciente y confirma lo insuficiente de la gestión de nuestros riesgos.
Que la negligente gestión pública, terminan trasladando significativamente la gestión de la crisis a la población y también la abandona a sus impactos. El Escenario Regional de Crisis Compleja, demanda con urgencia la necesidad de evolucionar la gestión tradicional de riesgos, fundamentada en enfoques de derechos, igualdad y equidad de género, dando cabida a un cambio socioambiental con justicia y sustentabilidad.
Que nuestra forma de vivir y de procurar desarrollo, lejos de propiciar condiciones de vida idóneas para todos y todas, ha incrementado las inequidades y desigualdades sociales, lo cual nos desafía a gestionar el escenario regional de crisis complejas desde una perspectiva multisectorial e integradora, enfatizando el carácter diferenciado de los impactos y la gestión desde la perspectiva de igualdad y equidad de género. Que debemos profundizar la reflexión crítica en búsqueda de estrategias, política e iniciativas innovadoras que allanen la ruta hacia la sustentabilidad del desarrollo, la gestión social de riesgos y humanitaria PostCOVID19; a partir de considerar holísticamente los riesgos climáticos vigentes y las crisis emergentes que se derivan de estos, para el incrementar la resiliencia social.
Hacia la sustentabilidad del Desarrollo PostCOVID19 es la forma en que concebimos la transición individual y colectiva para la construcción de una región más resiliente, en consecuencia, proponemos:
En relación a Cambio Climático. Crisis Climática sin cuarentena en Centroamérica
- Hoy nos distrae la situación coyuntural del Covid19, cuyas consecuencias marcarán un antes y un después, sin embargo, la crisis climática nunca estuvo en cuarentena, por el contrario, hoy más que nunca, requiere ser atendida con el sentido de urgencia y proporcionalmente con las consecuencias devastadoras que ha provocado en la región.
- Exigimos la incorporación del enfoque de Crisis Complejas en las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC por sus siglas en ingles), así como políticas alineadas con los compromisos climáticos adquiridos en el marco de la agenda de desarrollo sostenible: AdP, SENDAI, ODS, cumplidos bajo estándares de transparencia, respeto a los derechos humanos y consecuentes con el acuerdo de ESCAZU.
- Urgimos un esquema de políticas coherentes con la crisis climática que enfrentamos, cimentadas en la promoción y fortalecimiento de la acción local, basada en la adaptación como una herramienta de lucha contra la pobreza y la mitigación que prioriza los beneficios ambientales locales, medidas que deben implementarse bajo un enfoque: sostenible, transformador e inclusivo.
- Sugerimos priorizar sistemas sociales proactivos de alertas tempranas, como base para la prevención y protección de los sistemas productivos locales esenciales bajo el enfoque de un solo bienestar: humano, animal y ambiental, para un autocuido y autogestión del territorio.
- Instamos la movilización popular organizada y responsable para exigir a nuestros gobiernos un actuar coherente, transparente, urgente y proporcional a la situación multicrisis que enfrenta territorialmente la sociedad, quienes garantizamos nuestra sobrevivencia a partir de la promoción del autocuido individual y colectivo.
En relación a Gestión de Riesgos: Resiliencia comunitaria en contextos multicrisis
- Reconocemos que las Crisis Complejas traen consigo la expresión de una serie de peligros desconocidos y emergentes, que, sumados a las inesperadas amenazas biológicas, muestran las debilidades perennes de nuestros métodos y sistemas públicos de gestión de riesgos, también en crisis. Por el contrario, ponen de manifiesto que las capacidades locales de afrontamiento social oportuno y masivo deben ser la base para impulsar estrategias oficiales de gestión de riesgos y los niveles de respuesta y prevención donde volcar el apoyo público.
- Instamos a las autoridades reconocer que transitamos hacia un riesgo creciente de hambre y hambruna en la Región, que requiere de esfuerzos públicos masivos de fomento a la producción local sostenible, particularmente las prácticas ancestrales de producción en armonía con el entorno ambiental local y la promoción de la economía familiar como estrategia esencial de afrontamiento de las Crisis Complejas.
- Reafirmamos que las Crisis Climática seguirán siendo el motor de las Crisis Complejas en la región y postergar la gestión de la vulnerabilidad ambiental, política, social y económica de nuestros países solo profundizará los desastres y calamidades, en consecuencia debemos actuar con sentido de urgencia que implica, transitar de sistemas de protección reactivos y coyunturales, hacia estrategias de gestión de riesgos que fortalezcan la cultura de prevención desde un enfoque social holístico y armonizado con los Escenarios de Crisis Complejas que atravesamos.
- Sufrimos las consecuencias de una Crisis Climática que está provocando que nuestras sociedades viven al límite de sus posibilidades de sobrevivencia, afecta todas las actividades humanas y pone de manifiesto que el tiempo de actuar se agota. La crisis sanitaria, solo ha venido a distraer los esfuerzos públicos de pretender una recuperación, una vez más, sobre la base del extractivismo de los bienes naturales, que no hace más que incrementar la exposición social a este fenómeno.
- Destacamos que el contexto de Crisis Compleja pone de manifiesto las capacidades locales de afrontamiento social oportuno y sistemático desde la primera línea de impacto, por lo tanto, las estrategias oficiales de gestión de riesgos, deben orientarse al fortalecimiento de los niveles locales de prevención, preparación y recuperación, sin que ello implique, transferir las responsabilidades y obligaciones de nuestros Gobiernos en relación a las metas de reducción de riesgos de desastres.
En relación a Recursos Hídricos: Resistencia territorial en defensa del agua.
- Denunciamos públicamente que la causa de la conflictividad social, la estigmatización y criminalización de los defensores ambientales locales es promovida desde la gestión pública – privada y reiteramos que seguiremos resistiéndonos a modelos productivos extractivistas que sobreexplotan los recursos hídricos y ponen en riesgo la estabilidad ambiental de los acuíferos superficiales y subterráneos.
- Demandamos el fortalecimiento de los marcos jurídicos y acciones públicas consecuentes con el Derecho Humano al Agua, sobre la base de reconocer que el recurso hídrico es un bien natural finito y elemental para la vida, su disponibilidad en calidad y cantidad está estrechamente relacionada a la regularidad climática y a la gestión ambiental publica y local para conservarla.
- Reconocemos que fortalecer la gestión comunitaria de los recursos hídricos es fundamental para alcanzar las metas globales de acceso a agua, así como la concreción del derecho humano a la vida, a la salud y vivir con dignidad, por lo tanto, debemos profundizar en el fortalecimiento de la producción, gestión y distribución del agua, que incluye reconocer el rol de las mujeres en la primera línea de gestión local de la misma.
- Conscientes que el agua es un bien natural primordial para mitigar los impactos de la Crisis Sanitaria y su propagación, nos preocupa que la Crisis Económica también quiere ser amortizada por una sobre explotación de los acuíferos, rechazamos que el actual Modelo de Desarrollo continúe sobre poniendo los intereses económicos por sobre los intereses sociales, lesionando el derecho humano al agua.
- Manifestamos la necesidad de incrementar los esfuerzos nacionales y regionales articulados en favor de la gestión urgente de las Cuencas Binacionales, ya que, la Crisis Ambiental es consecuencia de la insuficiencia de nuestros esfuerzos por revertir la degradación de los ecosistemas, por el contrario, elevan el riesgo social y la exposición ante Fenómenos Climáticos.
En relación a Seguridad Alimentaria. Producción alimentaria ambientalmente sustentable.
- Llamamos la atención alrededor de la profundización de la crisis alimentaria, sabemos que los esfuerzos de las organizaciones de sociedad civil estarán centrados en la producción de alimentos esenciales, por ello, asumimos el enfoque de Seguridad Alimentaria, Nutricional, Soberana y Ambientalmente Sustentable, con énfasis en los grupos poblacionales que transitan hacia situación de inseguridad alimentaria y subalimentación.
- Sugerimos priorizar la producción local de alimentos retomando y masificando experiencias exitosas emprendidas por comunidades locales en contextos de Pandemia, lo cual podría constituirse un ejemplo de participación ciudadana activa para evitar la promulgación de políticas nacionales cuyos contenidos no son consecuentes con el contexto y carecen de partidas presupuestarias consistentes con los desafíos de soluciones alimentarias sostenibles.
- Reconocemos que la inseguridad alimentaria es la más palpable e inmediata de todas las crisis que enfrentamos, sin embargo, la Pandemia del Covid9 pone en evidencia la insostenibilidad la producción de alimentos y la fragilidad del sistema alimentario de la región ante la dinámica de los mercados y la crisis económica, las cuales terminan profundizando la inseguridad alimentaria.
- Reiteramos la alta vulnerabilidad de nuestra región y particularmente su alto Riesgo Climático lo cual no solo extrema las condiciones de vida de la población centroamericana, sino que dificulta la producción de alimentos, limitando alcanzar las metas consecuentes con Objetivos de Desarrollo Sostenibles tan elementales como la salud, vida digna y reducción de pobreza.
En relación a Actividades Extractivas: Voces locales en resistencia ante la Crisis Ecológica.
- Denunciamos internacionalmente que en Centroamérica el extractivismo es alentado y a la vez beneficia a elites políticas ilegitimas y corruptas, que promocionan modelos de desarrollo que estigmatizan, criminalizan y militarizan el territorio, generando una espiral la violencia sistémica que privilegia los derechos económicos individuales, en detrimento de los derechos colectivos, violenta los derechos territoriales y particularmente los ancestrales de comunidades indígenas.
- Repudiamos las políticas gubernamentales de promoción del extractivismo porque contribuyen directamente a incrementar los impactos de la Crisis Ecológica, ya que debilitan, reducen, fragmentan y fragilizan la estabilidad ambiental del territorio, exponiéndolo a un proceso de degradación que reduce la productividad del suelo, la capacidad hídrica y por ende la vulnerabilidad social en territorios concesionados.
- Insistimos en que no puede haber desarrollo sobre la explotación ambiental generadora de riesgos. La situación de Crisis Compleja ha sido alentada y acelerada por la promoción desmesurada del extractivismo (Monocultivos, Hidroeléctricas, Minería, Agroindustria y Zonas Especiales de Desarrollo, Megaproyectos, entre otros), lesionando derechos humanos fundamentales y profundiza los niveles de pobreza, exclusión e inequidad.
- Reiteramos nuestro compromiso por legitimar y fortalecer la resistencia local en contra de la promoción público – privada del extractivismo, principalmente de megaproyectos que ceden la soberanía territorial, violenten el principio básico de consulta previa, libre e informada, fragmentan la armonía comunitaria y lesionan la dignidad de las poblaciones locales.
- Comprometemos nuestros esfuerzos y conocimientos en la construcción de un nuevo paradigma que proteja y dignifique la vida en todas sus formas y que se base en el mejor entendimiento del potencial de desarrollo de los territorios, desde la visión y participación de las poblaciones que han garantizado su conservación, por lo que su aprovechamiento sustentable debe beneficiarles.
En relación a Biodiversidad. En solidaridad con los elementos naturales, red de vida y biocentrismo.
- Reconocemos que los territorios aún en conservación han sido históricamente poblados por comunidades originarias e indígenas, quienes resguardan los elementos naturales de su entorno bajo una filosofía biocentrista de respeto absoluto por las diferentes formas de vida y basado en costumbres, tradiciones, idiosincrasia y formas culturales de vida armónica con el ecosistema.
- Denunciamos que la Crisis Climática tiene origen en la Crisis Ambiental, alentada por una gestión pública que ha demostrado incapacidad absoluta de proteger los ecosistemas y áreas protegidas, por el contrario, han flexibilizado las normativas – controles ambientales y propiciado incentivos fiscales y promoción de la inversión extrajera que son el motor de la degradación abrumadora y acelerada de biodiversidad, sin precedentes para nuestra región.
- Preocupados porque la Crisis Climática se ensaña en territorios ambientalmente sensibles de ecosistemas tropicales fragilizados: Marino Costeros y Terrestres, en particular el Corredor Seco, donde los esfuerzos de adaptación y mitigación están aproximándose a su punto de no retorno, lo que continuará provocando la pérdida de biodiversidad, el desplazamiento forzado de poblaciones y conflictividad por la demanda de bienes naturales que sostienen la vida.
- Rechazamos rotundamente el enfoque tradicional de desarrollo, promovido desde grupos privilegiados, generalmente ligado a estamentos gubernamentales, desde donde se distribuye la pobreza y se concentra la riqueza, por el contrario, consideramos que debe sustituirse el antropocentrismo, por un estilo de vida solidario con el cosmos y la red de la vida, que no monetiza la naturaleza.
En relación a Energías Renovables Locales. Por la sostenibilidad energética en Centroamérica
- Reconocemos el aporte de las energías renovables en los esfuerzos de mitigación local al cambio climático y sus beneficios ambientales, por lo que continuaremos promocionando proyectos de inversión energética de escala local y beneficio social, cuyos efectos contribuyan a la conservación ambiental, mejoras en la salud humana, producción de alimentos, suministro de agua potable y la recuperación económica local, elementos esenciales para la recuperación PostCovid19 y reencausar la concreción de las metas de desarrollo sostenible.
- Conscientes que la energía es un factor determinante en las economías nacionales, llamamos la atención alrededor de los impactos ambientales que están provocando los megaproyectos energéticos en los ecosistemas y poblaciones locales, por ello, continuaremos promocionando los procesos de auditoria social, exigiendo los estudios de impacto ambiental y los procesos de concesión basados en los principios de información previa, libre e informada. Insistimos en respetar la decisión de las poblaciones que han garantizado las condiciones ambientales para que los megaproyectos sean factibles.
- Consideramos que las energías renovables locales son la apuesta para alcanzar la recuperación económica PostCovid19, también son un elemento importante para cumplir los compromisos nacionales de mitigación de gases contaminantes en el ambiente, por lo tanto, deben constituirse en iniciativas de desarrollo verde y servir de base para la formulación de las Contribuciones Nacionales Determinadas – NDC, para lo cual debe incrementarse el financiamiento verde para fomentar el desarrollo energético local.
- Invitamos a la academia o centros de conocimiento a orientar sus esfuerzos investigativos para generar la mayor evidencia posible alrededor de la factibilidad de los proyectos de generación de energías limpias a pequeña escala, así como la efectividad de las nuevas tecnologías que debemos emplear principalmente para el uso sostenible de la leña como una oportunidad de mejora de las condiciones ambientales locales y mitigación del cambio climático.
- Invitamos a los actores del sector público y especialmente el privado, a reorientar sus esfuerzos de responsabilidad social empresarial en la creación de modelos de negocios inclusivos para generación de energías renovables locales, así mismo, instamos a la comunidad donante y organismos de cooperación a incrementar su involucramiento en el sector energético renovable, creando mecanismos de financiación para proyectos de generación de pequeña escala.
En relación a Género y Justicia Climática. Justicia climática para las mujeres Centroamericanas
- Reafirmamos que las mujeres somos ecodependientes e interdependientes con los ecosistemas natrales en los que coexistimos, siendo parte activa de la defensa del territorio, además somos la fuerza transformadora del mundo y de nuestros entornos comunitarios para seguir alentando la esperanza de otro modelo de desarrollo sustentable, justo y equitativo es posible. Las situaciones de Crisis Complejas ponen en evidencia que sin justicia de género no hay desarrollo sustentable.
- Reconocemos que en contextos de Crisis Complejas las mujeres sufrimos situaciones de riesgo, sobrecarga, discriminación exacerbadas y en algunos casos hasta privilegios desproporcionados, las cuales contribuyen al deterioro de nuestro cuerpo – territorio (persona – comunidad), ante esta realidad, reafirmamos el rol protagónico de las mujeres quienes estamos en la primera línea de defensa del territorio y asumimos con mayor responsabilidad la gestión multicrisis en cada hogar.
- Destacamos que, ante la Crisis Compleja, afloran en las mujeres condiciones y cualidades de afrontamiento que propician colectivos poblacionales más resilientes, sin embargo, también alertamos que dichas capacidades se ven mermadas ante un modelo patriarcal que debilita y en el peor de los casos elimina los liderazgos femeninos e incrementa las brechas de desigualdad y dependencia económica, jurídica, social y política.
- Denunciamos que la variabilidad política que atraviesan nuestros países agudiza la situación de Crisis Complejas, las medidas gubernamentales de afrontamiento están cerrando los espacios de participación, decisión y acción de las mujeres, por lo que consideramos urgente revertir la situación para que a partir del liderazgo efectivo de las mujeres podamos decidir, inducir, impulsar y garantizar el cambio efectivo y profundo que necesitan nuestras sociedades para resurgir y afrontar consecuentemente las crisis que enfrentamos.
- Consideramos preocupante que se continúe sobrecargando a las mujeres de la responsabilidad de gestionar múltiples crisis en el hogar (agua, alimentos, salud, educación, higiene y cuidos médicos, por ejemplo), alentando su migración, la cual es la última estrategia de afrontamiento de las familias para enfrentar las múltiples crisis.